
En respuesta a la carta del P. José María Iraburu de 12 de mayo de 2009
“Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad…
concede a todos los cristianos
rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir
cuanto en él se significa.”
(Or. dom. XV)
El pasado 12 de mayo apareció, en diversos blogs en internet, una carta referida a la situación de Lumen Dei, firmada por el P. José María Iraburu. Desconocemos si realmente él es el autor de dicha carta o contó con su aprobación, por eso nos dirigimos a aquel o aquellos que realmente pensaron o redactaron el escrito.
Quisiéramos responder a título personal y no en virtud de ningún cargo u oficio, ni en nombre de nadie, pues somos un grupo de laicos simpatizantes que conocemos la situación de Lumen Dei y rezamos cada día por ella. Por lo que nos consideramos únicos responsables de lo que podamos escribir a continuación.
Reiteramos, nadie nos ha aconsejado escribir esta carta y mucho menos lo que debemos decir en ella. Hemos quedado completamente perplejos y escandalizados, ante lo leído en su carta, después de la intervención del 23 de enero del Cardenal Secretario de Estado, Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Tarcisio Bertone, que en nombre del Santo Padre, en carta a Mons. Sebastián Aguilar, le indica claramente que hasta que el Santo Padre, “donec aliter provideatur” no disponga otra cosa, queda suspendida la fecha establecida para que los miembros se adhieran al citado Comisario.
La actitud actual de los miembros de Lumen Dei no es de rebeldía, sino antes al contrario de espera de las nuevas disposiciones por parte del Santo Padre. Si hay alguien que no acepta las disposiciones de la Santa Sede, ése parece ser usted. Fíjese que hasta el mismo Comisario, después de la carta del 23-1-09, se ha mantenido en silencio, en contraposición a sus reiteradas intervenciones anteriores en cartas dirigidas continuamente a miembros de dicha Asociación. Nos preguntamos, si había que urgir de nuevo dicha adhesión, ¿por qué no lo ha hecho el mismo Comisario como venía haciéndolo? ¿o es que necesita ahora de una persona que no tiene ninguna autoridad e injerencia en el asunto para reclamar dicha adhesión? ¿por qué inmiscuirse en un asunto que depende estrictamente del Santo Padre en cuanto a las decisiones a tomar? ¿o es que no cree usted que tiene suficiente autoridad y prudencia el Santo Padre para saber cuándo y cómo proceder, o cómo urgir dicha adhesión?
Nos preguntamos, ¿qué autoridad de la Secretaría de Estado le ha dado atribución a usted para interpretar una carta de la misma Santa Sede en nombre del Santo Padre? Consideramos que la carta que usted firma está plagada de inexactitudes, imprecisiones, omisiones graves, desaciertos, tergiversaciones, incorrecciones, aparte de la animosidad y parcialidad con que está escrita.
Su carta hace alusión a varios hechos que nos gustaría aclarar.
Continúa en el siguiente artículo...
Quisiéramos responder a título personal y no en virtud de ningún cargo u oficio, ni en nombre de nadie, pues somos un grupo de laicos simpatizantes que conocemos la situación de Lumen Dei y rezamos cada día por ella. Por lo que nos consideramos únicos responsables de lo que podamos escribir a continuación.
Reiteramos, nadie nos ha aconsejado escribir esta carta y mucho menos lo que debemos decir en ella. Hemos quedado completamente perplejos y escandalizados, ante lo leído en su carta, después de la intervención del 23 de enero del Cardenal Secretario de Estado, Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Tarcisio Bertone, que en nombre del Santo Padre, en carta a Mons. Sebastián Aguilar, le indica claramente que hasta que el Santo Padre, “donec aliter provideatur” no disponga otra cosa, queda suspendida la fecha establecida para que los miembros se adhieran al citado Comisario.
La actitud actual de los miembros de Lumen Dei no es de rebeldía, sino antes al contrario de espera de las nuevas disposiciones por parte del Santo Padre. Si hay alguien que no acepta las disposiciones de la Santa Sede, ése parece ser usted. Fíjese que hasta el mismo Comisario, después de la carta del 23-1-09, se ha mantenido en silencio, en contraposición a sus reiteradas intervenciones anteriores en cartas dirigidas continuamente a miembros de dicha Asociación. Nos preguntamos, si había que urgir de nuevo dicha adhesión, ¿por qué no lo ha hecho el mismo Comisario como venía haciéndolo? ¿o es que necesita ahora de una persona que no tiene ninguna autoridad e injerencia en el asunto para reclamar dicha adhesión? ¿por qué inmiscuirse en un asunto que depende estrictamente del Santo Padre en cuanto a las decisiones a tomar? ¿o es que no cree usted que tiene suficiente autoridad y prudencia el Santo Padre para saber cuándo y cómo proceder, o cómo urgir dicha adhesión?
Nos preguntamos, ¿qué autoridad de la Secretaría de Estado le ha dado atribución a usted para interpretar una carta de la misma Santa Sede en nombre del Santo Padre? Consideramos que la carta que usted firma está plagada de inexactitudes, imprecisiones, omisiones graves, desaciertos, tergiversaciones, incorrecciones, aparte de la animosidad y parcialidad con que está escrita.
Su carta hace alusión a varios hechos que nos gustaría aclarar.
Continúa en el siguiente artículo...